Las religiones tejen redes para responder al VIH en América Latina
Fuente: Alianza Ecuménica de Acción Mundial
El diálogo interreligioso, a veces, tiene que tratar asuntos carnales. Así lo comprobó Elías Szczytnicki, cuando desde su experiencia como judío se encontró explicando a representantes de otras religiones en qué consiste exactamente la práctica de la circuncisión, que los expertos recomiendan para reducir el riesgo de contraer VIH.
De acuerdo a tres estudios realizados por el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre SIDA (ONUSIDA) en Kenia, Uganda y Sudáfrica, en los que participaron diez mil hombres de entre 15 y 49 años, la circuncisión — que consiste en la ablación de un segmento del prepucio del varón — redujo en casi 60 por ciento el riesgo de contraer el VIH por vía heterosexual.
Szczytnicki, director de la oficina regional latinoamericana de Religiones por la Paz, explicó la práctica durante un encuentro del consejo ampliado de la Red Interreligiosa sobre VIH y SIDA, que tuvo lugar en el Instituto Cultural México-Israelí de Ciudad de México, en el marco de la Conferencia Internacional SIDA 2008.
Religiones por la Paz, una coalición global que agrupa a las mayores religiones mundiales, procura ser “una plataforma de incidencia en el liderazgo religioso y en políticas públicas”. Sus acciones están orientadas a sensibilizar, capacitar y formar alianzas.
En el plano de la incidencia pública, por ejemplo, uno de los objetivos de la organización es una mayor inversión pública en medicación antirretroviral para recién nacidos con VIH.
La Red Interreligiosa sobre VIH y SIDA para América Latina está integrada por organismos seculares como los Fondos de Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF) y para la Población (UNFPA), y religiosos como el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), Vision Mundial y Cáritas.
El trabajo de la Red cuenta con la apoyo del Grupo de Cooperación Técnica Horizontal de América Latina y el Caribe en VIH/SIDA (CGTH). El GCTH es una iniciativa formada por representantes de los Programas Gubernamentales para el Control y la Prevención del SIDA en 20 países de América Latina y el Caribe.